¿Dirías que estás cuidando tu corazón? La respuesta a esta pregunta tienes que buscarla tanto en tu estilo de vida como en tu alimentación, dos factores esenciales para mantener un corazón sano que sin embargo se tienden a pasar por alto. Y es que cada vez son más las personas que conviven con alguna patología relacionada, mermando así su calidad de vida.
Hoy en día, la mala alimentación y el sedentarismo son los principales factores de riesgo para la salud del corazón y los responsables del aumento de personas con algún riesgo de sufrir una enfermedad de esta índole. Ante este panorama es fundamental tomar conciencia de la importancia de cuidarlo día a día, sobre todo a edades tempranas, para poder detectar posibles problemáticas y conseguir una buena salud a largo plazo.
La solución empieza por introducir pequeños cambios día a día, prestando especial atención a la ingesta de elementos cardioprotectores, como los ácidos grasos Omega 3, que contribuyen a mejorar y alargar nuestra calidad de vida. Toma nota de este decálogo de consejos para mantener un corazón sano:
Ejercítate diario. La actividad física es una de las mejores formas de cuidar nuestro organismo y nuestra salud cardiovascular. Se recomienda realizar al menos media hora de ejercicio cada día. Entre los ejercicios que más se recomiendan están los aeróbicos, como el ciclismo o la natación.
Consume pescado azul. El pescado azul es uno de los alimentos más aconsejados por los especialistas para cuidar la salud cardiovascular. De hecho, recomiendan que se consuma dos o tres veces por semana. La razón es que el pescado azul aporta una gran cantidad de grasas poliinsaturadas como el omega 3 que, por su efecto antiinflamatorio, ayuda a reducir la obstrucción de las arterias y a prevenir los problemas de corazón. Además contiene vitaminas B y C, que ayudan a conservar el sistema nervioso y previenen el envejecimiento de los órganos del cuerpo.
Incorpora las nueces a tu dieta. Este fruto seco se ha ganado el título de medicamento natural para el corazón, y es que contiene una cantidad significativa de omega 3, lo que las convierte en las aliadas perfectas para controlar la presión arterial, los triglicéridos y otros factores de riesgo coronarios. Como son muy calóricas, no conviene tomar más de seis al día, por lo que si no llegamos a la ingesta de omega 3 recomendada por la OMS (algo que le ocurre al 60% de la población española), podemos optar por alimentos enriquecidos con este elemento, como la leche, que además contengan un bajo índice calórico.
Frutas y verduras a diario. Su consumo se vuelve indispensable para cuidar nuestra salud general, incluida su función protectora del corazón. No pueden faltar en nuestro día a día para conseguir un aporte óptimo de vitaminas y minerales. Se recomienda la ingesta de alimentos como espinacas, zanahorias, duraznos o fresas, debido a que tienen mayor contenido de micronutrientes.
Opta por productos integrales. Es importante incorporar a la dieta esta gama de productos, ya que tienen múltiples beneficios para la salud cardiovascular y aumentan la ingesta de fibra. Estudios aseguran que la ingesta de 28 gramos de cereales integrales al día puede reducir el riesgo de muerte cardíaca en un 9%.
Reduce las grasas trans. Una ingesta elevada de este tipo de grasas puede aumentar nuestro colesterol y provocar problemas circulatorios. Por ello, es importante moderar el consumo de bollería industrial, que es la principal fuente de estas grasas. Un menor consumo de frituras también puede ayudar.
Evita el consumo o la exposición al tabaco. El tabaquismo es una de las principales causas de muerte en el mundo y está relacionado de forma directa con las enfermedades cardiovasculares. Cuanto antes abandones los cigarrillos, mejor. Disminuirás las posibilidades de sufrir un ataque al corazón.
Modera el consumo de alcohol. El vaso de vino diario debería ser la medida máxima que nunca deberíamos exceder, ya que diversos estudios han descrito una relación entre un consumo excesivo de alcohol y la aparición de enfermedades cardiovasculares. Por ello, es recomendable moderar su consumo para no someter al corazón a un sobreesfuerzo excesivo.
Intenta reducir tu nivel de estrés. Este estado de cansancio mental, tensión y nerviosismo puede considerarse un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular, ya que si lo padecemos podemos tener más riesgo de sufrir algún tipo de anomalía. Para combatirlo, es importante que durmamos las horas necesarias, nos tomemos pequeños descansos a lo largo del día, intentemos desconectar al menos 1-2 días a la semana y acudamos a técnicas de relajación cuando nos cueste dominarlo.
Visita al especialista. A veces no es suficiente con seguir un hábito de vida saludable para garantizar una buena salud del corazón, ya que existen factores genéticos que pueden generar una predisposición a sufrir enfermedades cardiovasculares. En estos casos el mejor remedio es la prevención, por lo que es recomendable hacerse un chequeo médico del corazón a partir de los 40 años y repetirlo cada 5 años.